SEAN BIENVENIDOS, si has llegado aquí, todo pasa por algo. "No existe mejor siquiatra en el mundo que un cachorro lamiendo tu cara" Gracias por estar.

25/2/13

"Examen"

Sentada, en la sala de espera de un centro médico acompañada de puras mujeres. Imagino que todas están por el mismo motivo, realizarse un exámen que de salir positivo, les cambiará la vida, como lo hizo conmigo en aquella oportunidad. Las observo en silencio, algunas con cara de congoja, otras no quitan su mirada del televisor donde la Pati Maldonado acota que la imitación de la Natalia Cuevas sobre ella, es de pésima calidad. Dejo de leer mi libro, miro y le encuentro toda la razón. Desde que la conozco no hay caso que me simpatice, tiene la misma cara hipócrita y falsa que la Bachelet. En eso escucho mi nombre. Me acerco a la asistente solo a verificar mi identidad.
Tengo antiguedad en el asunto.
Son décadas realizando el mismo examen, aunque este, es mas prolijo que el común de las mamografías. Me hacen pasar a un pequena salita donde debo sacarme la ropa de la cintura para arriba. Eso me gusta, sacarme la ropa cuando el calor a esta hora se hace sentir a pesar del aire acondicionado. Me desnudo, mi piel blanca se nota, y me pongo encima el minúsculo delantal cuadrille rosado. Rosado, típico color que se le conoce al cáncer de mamas. Se abre la puerta interior, la asistente me hace pasar a una sala oscura donde una doctora extranjera me saluda cordialmente.
Buenas tardes!
Me recuesto en la camilla, al lado hay un ecógrafo. Siento helado el gel sobre mi pecho. Sube y baja. Temor. Temor de que haya algo que no sepa. La mano suave carga pesadamente el instrumento en mi seno, algo duele, respiro hondo y contengo.
Termino.
Espero el resultado.
Difícil situación.
Habrá que afrontar el resultado.

A los minutos, me entregan un sobre.

No olvides que el hacerte una mamografía puede cambiar tu destino.
Hazla pronto, antes que sea tarde.


Marcela

24/2/13

"La vida no tiene precio"

"Partir e irse. Virarse, subirse, marcharse, alejarse, distanciarse. La pequeña emoción del separar. Ver ojos vidriosos, la lágrima trabada a flote, resistida en salida. Queda la pregunta, el cómo queda el rostro del alma. Una vez me dijeron que quien se queda sufre. Mientras, la despedida de los semáforos casi en medianoche, dibuja junto a los postes de luz una ciudad, un campo de lava, una serpentina navideña, una capital empobrecida hacia lo oscuro, hacia el margen que minuciosamente señala la ida. Partir e irse, virar, subir, marchar, alejar, distanciar."

Estas palabras son tu propio pensamiento, las vi en tu facebook, las copio por que hoy me identifiqué con esta: "una vez me dijeron que quien se queda sufre."

Dolió. Creo que he sufrido mas con cada partida de quienes amo, quedándome en el lugar de siempre a esperarlos que despidiéndome yo. Son tantas las veces que me he quedado tras ir a dejarlos, despedirlos en un aeropuerto, o terminal.
Hoy ha sido un día difícil. No quería mascarlo, pero hubo que hacerlo, poco a poco lo hemos ido masticando, aunque costará mas de lo acostumbrado.

El corazón de madre pocas veces se equivoca. Tengo la sensación que le gustará donde va. Ya estuvo una vez en aquel lugar, sabe de sus calles, del olor a bares no conocidos, pelotazos directos a gol en el River Plate que al conocerlo, lo vió vibrar de emoción.

Mi hermana dice, comenzaron solos, media novedad. Aprendimos de ser dos, pasar a cuatro. Esa es la diferencia.
Hay que seguir solos. Cómo empezar a ser dos, sabiendo el haber disfrutado cuatro. No es soledad lo que nos queda, todo lo contrario. Nuestro mundo está repleto de recuerdos, abrazos, besos, de decirnos te amo a diario. Es el vacío que dejan sus espacios de miradas, risas locas, canciones gritadas emotivamente, ejerciendo en nuestros oidos a través de las paredes. El vacío está, pero está lleno de recuerdos. Su cama, olor, juguetes, libros, closeth, murallas, fotografías, es todo un mundo que hemos forjado por medio de nuestro amor incondicional de padres y familia.

Creo que por primera vez he visto en los ojos de mi esposo, algo que no conocía, temor. Sus ojos brillan cada vez que algo le recuerda a su hijo que otra vez volvió a partir. Va a su dormitorio, se recuesta en su cama, a oscuras y en silencio. Con ternura dedica su entrega a quien lo ha dado todo, Dondy, su hijo perro que queda en la espera.

Somos un mundo, nuestro mundo que seguirá esperando en el mismo lugar de siempre, nuestra casa.


Te amamos Marcelo, hasta el fin de nuestros días.
Que Dios y la Virgen te acompañen y bendigan cada día de tu existencia.

Vuelve a caminar, sigue tus sueños.
Fui yo quién te enseñó a soñar, no puedo quejarme.

La vida no tiene precio...y los sueños tampoco.

Tu madre que te ama siempre

Marcela Opazo Castro

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