SEAN BIENVENIDOS, si has llegado aquí, todo pasa por algo. "No existe mejor siquiatra en el mundo que un cachorro lamiendo tu cara" Gracias por estar.

4/8/11

"Abandono"

Siempre supe que la muerte existía, la había visto pasar muchas veces por mi puerta, en frente de mí, y al pasar le decía, señor, llévalo por buen camino. Quedaba tranquila como si fuera tan natural morirse y enterrarlos. Cuando pequeña volvía del colegio caminando hasta mi casa, era tan "normal" encontrarme con perros atropellados, muertos a la orilla de la calzada, como olvidar ese olor a perro muerto que el viento hacía correr por cuadras en la ciudad.

El día que murió mi madre, Dios me dio la fortaleza para enfrentarlo, para asumir que no la tendría mas para sentirla, abrazarla, besarla, tomar su silla de ruedas, ponerla en la maletera de mi auto y que saliéramos a vitrinear al Shopping, o sino por las calles de alguna playa en primera y segunda, era nuestro caminar en cuatro ruedas mirando las casas nuevas. Cumplí hasta el fin con la linda obligación voluntaria de hija, no olvido la sensación de dejarla en aquel frío nicho helado, la sensación sentida es imborrable, fue ahí que empecé a conocer el abandono físico.

Sentía que por primera vez yo la estaba abandonando, no era así, era solo una sensación en mi piel, en mi mente, en mi alma. Era la ley de la vida, morir. Desde ese día, volví una y otra vez para tratar de sentirme cerca donde ella físicamente estaba, me recostaba encima de su tumba imaginando las veces que me metí en su cama tibia, no quería enfrentar mi abandono. El abandono en que me había dejado  su  muerte.



Siempre digo por algo pasan las cosas en la vida. Sin querer un día llegué a ese camino buscando a dos perros que vivían como reyes en mi pasaje, los que por uno u otro motivo de un vecino amargado, los tomó y los fue a botar,  no los encontré en ese lugar donde conocí parte de la verdadera miseria humana convertida en estropajos de mascotas abandonadas.   Mis lágrimas caían una tras otra, lágrimas culiás, les digo ahora con cariño cada vez que están con intenciones de asomarse y yo ahí con los brazos vacíos y cruzados sin saber que hacer, apenas con algo de comida que no alcanzaba ni para alimentar al mas chico de uno de los cachorritos, esqueletos sonámbulos caminando entre medio de los cerros llenos de rocas, matorrales y árboles. Recordar esa imagen, como bajaban los perros moribundos de los cerros hacia mí, es horrible. Fue ahí cuando sentí la verdadera sensación del abandono, tenía temor de quedarme, no podía irresponsablemente hacerles cariño por miedo a infectarme con sus sarnas avanzadas. Me subí al auto, puse el pié en el acelerador,  paradójicamente arranqué en forma desesperada y al salir de ese infierno, hice una de las promesas que mejor he cumplido en mi vida, en caso de encontrar a Pillín y Café, volvería a ese camino aunque fuera con agua, pan duro y huesos pelados. Volvería con lo que tuviera a mi alcance.

Pasó el tiempo, a través de mis experiencias aprendí que el sufrimiento sentido con la muerte de mi madre, era similar aquel que sentían algunas mascotas que nunca logré acariciar hasta el día de hoy, con aquellas que son abandonadas en un lugar preciso, las que nunca se alejan de ese lugar, que se dejan morir de pena sin querer alimentarse, esperando por instinto que su amo vendrá a buscarlas, y en su espera, mueren. Mascotas abandonadas por sus dueños.

Asimilando abandonos, pensé en aquellos padres que lo han dado todo sacrificándose por sus hijos, estos crecen sintiéndose dueños del mundo adolescente, juvenil, e inmaduramente aún en crecimiento a ser sabios, se equivocan, esos hijos no piensan en que aquel sufrimiento paterno puede cambiar toda la vida de una madre o de un padre, no piensan que ese abandono puede traer crueles consecuencias familiares y personales. Padres abandonados por sus hijos dejados en asilos para evitarse la vergüenza de alguna enfermedad donde se sienten ofendidos y dañados.

Asimilando abandonos encontré también el de la amistad, cuando dos amigos se aman deben confiar plenamente el uno en el otro, aquí no hay envidias, no hay celos e inseguridad, el pololeo, me decía mi padre, es una amistad verdadera mas íntima. Cuando un amigo desconfía poniendo en aprietos al otro cerrándole la puerta de una vez sin siquiera pensarlo, es exactamente lo mismo que le hacen a una mascota, la tiran por la puerta trasera de un auto en marcha, o la sacan a escondidas detrás de la maletera para tirarla en algún lugar. El abandono es traición.

Todo lo que traicionas a la larga te lleva al abandono…

En el abandono uno siente que pierde todo lo bueno que produce la compañía de otros al sentirse desamparados, no recibir caricias y protección, se nota indefenso, que la situación en que se encuentra no es suficientemente fuerte como para defenderse a sí mismo. Se siente desamparado, huérfano, desvalido, afligido, rechazado y triste, deja de comer.
Cambia su sensación de seguridad por la de inseguridad.

En el abandono se siente el cese de control, los acontecimientos son incontrolables para quien lo sufre. Hay que ceder, rendirse o someterse, sentimiento que acaba inhibiendo la motivación y hace que el “sujeto” deje de actuar y entre en una fase de pasividad desesperada. Cuando alguien se siente impotente para cambiar una determinada situación o estado de ánimo, esto puede acabar desembocando en un sentimiento de desesperanza cayendo en depresión.  Lo mismo suceden en los humanos como   en los perros abandonados. La muerte se los lleva.

El abandono puede ser absolutamente delicioso o terriblemente doloroso. Visto en su vertiente negativa, el abandono se intensifica con una soledad amarga.   El ser traicionado, desamparado, separado de un ser querido, puede ser una persona o un animal, la única compañía que le queda es la de la pena, miedo, incertidumbre. Si se ha abandonado a alguien, a todo ello se mezclan el pesar y los remordimientos, solo espero que aquellas personas que abandonan  lo que mas los ha amado, nunca dejen de sentirlo.

Afortunadamente, el abandono tiene sus momentos buenos. Instantes de calma, de reposo. Uno se abandona al sueño, a la pereza, a la caricia del sol.  En los perros esa etapa puede durar de cuatro a dos semanas. En los humanos también puede ser la hora exquisita de las confidencias, puede durar años.

Sabes que?    Hoy mi mayor estímulo ha sido Rayo Boy y Catalina, ellos estaban ahí, como sabiendo que algo raro pasaba en mi corazón. Rayo no ha dejado de buscar su pelota para tirarla a mis pies, toma, es tuya, te la regalo, juguemos?...y Cata al escuchar la música de mi Calamaro, se pone de pie en sus dos patitas, se afirma de mi cadera e insinúa…¡bailemos!…ahí están ellos, dos abandonados que un día se los robé al camino, ahí están ellos, dos abandonados que amo mas que la cresta, que no cambiaría por nada del mundo esa felicidad agradecida que me entregan a diario, que no me ponen en contra de la pared, que no me celan y  no se enojan cuando lleno mi auto con cosas ricas sabiendo que no son para ellos y a donde las llevo. Y que al volver me estaran esperando por si traigo olores  conocidos de un camino, que se alegran cuando llego en mi auto con aquel olor que dice que algo les recuerda, y de felicidad  van y orinan  las ruedas,  que no me levantan la voz cuando les llamo la atención, que no me traicionarían dejándome botada en ninguna parte, ni de día, ni en medio de la noche, ni tampoco me eliminarían del facebook.

Ellos confían plenamente en mí entregándose en alma y vida, como diciendo que puedes hacer de mí una obra de tu amor. Que yo puedo experimentar que el amor es fuerte como la muerte y como la vida.

No dejo de sentir mi corazón junto a ti, es lo que debe pensar, si es que pensara, aquel perro que sufre en el abandono esperando a su amo.

Lee y piensa bien si crees estar en un hoyo, trata de subir, aferrate a tus padres, a tus amigos,  a  tu mascota, valora lo que te puede entregar sin condiciones, hoy, quizás sea la única que estará esperando ansiosa que puedas tapar ese hoyo para alegrarte la vida como ningún humano. Piensa bien en este sentimiento, el abandono, antes de hacerlo, mira a los ojos de quién estas abandonando. Verás que la comunicación siempre se da cuando por lo menos lo intentamos.

El recuerdo de mis faltas me humilla
y me lleva a no apoyarme nunca en mi propia fuerza,
que no es más que debilidad.


A mirar hacia adelante y comenzar, siempre comenzar.


NO MAS ABANDONO


Marcela Opazo Castro



Si deseas adoptar un perro del camino, por favor comunícate lo antes posible, hay cientos de abandonados que están esperando una oportunidad, no la niegues.

"Un perro no tiene por que andar en la calle solo, debe salir a pasear tirado de una correa de la mano de su dueño, de lo contrario se convierte en un perro callejero."

Entradas populares

Sígueme