Tal vez eres muy joven todavía para saberlo, pero hay que ir juntando las pequeñas joyas que se encuentran en el camino de nuestras vidas, en el largo sendero que es a veces el transcurso de la existencia:
Una palabra de afecto, la comprensión oportuna, la mano tendida, la puerta generosa que se abre como una mañana, la flor, la rama, la sonrisa, el rocío que al alba estremece, la cordialidad de un instante, la mirada comprensiva, la defensa del indefenso o del que nunca tuvo nada (y que tal vez nunca tenga nada), el gesto hidalgo hacia los que nos dieron lealtad o nos otorgaron su compañía.
Tal vez ahora tu no puedas entenderlo todo.
Tal vez los jóvenes se precipiten en el vértigo de los primeros años, que no dejan ver claramente el panorama a los adultos.
Pero cuando el tiempo se acumula y el alma se estremece con
cuánto resplandor brillan, esos tesoros que un día no quisimos tocar
acaso porque creímos que siempre estarían a nuestro alcance, que jamás
se irían río abajo como se fueron esas piedras hermosas que
desaparecieron para siempre en el torrente inevitable de las aguas.
Pero
con el tiempo al ir guardando todas aquellas joyas, nos encontraremos
que tenemos en nuestra vida un enorme y valioso Tesoro.
Y tú...¿Qué quisieras guardar en el cofre de los buscadores de tesoros...?
Yo tengo mi cofre casi lleno de joyas entre ellas las mas importante: mi familia, mis sueños, mi libertad, mis perros.
Léanme y piensen, y acumulen tesoros para que cuando estén viejitos revisen el baúl de sus tesoros.
Que Dios los bendiga!.
Marcela
"Todo ser vivo tiene derecho a vivir."